Intelectuales y artistas coetáneos de Maeztu

Intelectuales y artistas coetáneos de Maeztu

Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, muchos nombres se asomaron a la vida intelectual, social, cultural y política de esa vetusta España para alamar un cambio que llevara a conquistar libertades. Te acercamos algunos de ellos.

 

José Martínez Ruiz «Azorín» (1873-1967)

José Martínez Ruiz «Azorín», fotografiado hacia 1914 por la revista «La Esfera».

¿Sabías que Gustavo de Maeztu regaló a Azorín uno de sus dibujos hechos a carbón con una dedicatoria al escritor? Hoy, todavía se conserva en la Casa Museo Azorín, en Monóvar (Alicante).

Azorín, Ramiro de Maeztu (hermano de Gustavo) y Pío Baroja conformaron el llamado «Grupo de los tres», que más tarde el propio Azorín bautizaría como «Generación del 98» y de la que también formaron parte autores como Unamuno, Valle-Inclán, los hermanos Machado y Benavente, entre muchos otros. En sus escritos, anhelaban una necesaria regeneración social, cultural y política de una España recalcitrante.

Azorín cultivó fundamentalmente la novela y el ensayo, si bien también son destacables la crónica periodística y la crítica literaria.

Su estilo se caracteriza por el impresionismo descriptivo, una sintaxis sencilla y el empleo de un léxico castizo.

 

Carmen de Burgos (1867-1932)

Carmen de Burgos y Seguí (Almería, 1867 – Madrid, 1932) fue una escritora de la Edad de Plata y primera periodista española, pionera en el reporterismo de guerra. A través de sus artículos en prensa que debía firmar bajo seudónimos ―como Colombine, Gabriel Luna, Marianela o Perico de los Palotes―, promulgó ideas sufragistas y de empoderamiento de la mujer.

Apenas nos ha llegado conocimiento de su carrera profesional y sus textos: los órganos censores del Franquismo secuestraron su obra por sus ideas políticas y feministas.

Hoy, la Fundación Carmen de Burgos Colombine se encarga de rescatar del olvido su figura y sus logros.

 

 

Faustina Sáez de Melgar (1834-1895)

Faustina Sáez de Melgar. litografía de José Vallejo y Galeazo. Ilustración de La higuera de Villaverde. Leyenda. Madrid, 1860. Biblioteca Nacional de España.

Faustina Sáez de Melgar (1834-1985) fue una intelectual madrileña del siglo XIX que dedicó buena parte de su actividad a la promoción de la mujer. Se le conoce sobre todo por su faceta de escritora (poeta y novelista) y de periodista. Entre sus logros, destaca la fundación del primer liceo femenino de la Villa y Corte, y la dirección de revistas femeninas como La Violeta. Revista Hispanoamericana o La canastilla infantil.

Comenzó a escribir a los nueve años, a pesar de la oposición de sus padres, y en 1852 publicó su primera poesía. Fue tras su matrimonio con Valentín Melgar Ceriola, un hombre de negocios, cuando se dedicó por completo a la escritura.

Su obra literaria contó con bastantes reediciones, en algunos casos publicadas antes en forma de folletín en diarios madrileños.

Ideológicamente, Sáez de Melgar fue evolucionando, y ya en 1865 colaboró en el Comité de Señoras de la Sociedad Abolicionista Española. También como activista de los derechos sociales de la mujer, creó y dirigió el Ateneo Artístico y Literario de Señoras, un importante centro cultural de Madrid.

 

Ignacio Zuloaga (1870-1945)

Autorretrato de Ignacio Zuloaga.

Autorretrato de Ignacio Zuloaga.

Ignacio Zuloaga Zabaleta (Eibar, 1870 – Madrid, 1945) fue un gran pintor guipuzcoano, representante de la Generación del 98 en el ámbito de la pintura y reconocido artista en la Francia de la primera mitad del siglo XX. Gustavo de Maeztu era un gran admirador suyo, además de considerarlo un maestro y amigo a raíz de coincidir en varias exposiciones.

La obra de Zuloaga destaca por escenas costumbristas y retratos, enmarcados ambos en el naturalismo con predominio de tonalidades oscuras. Procedente de una familia de artistas, donde tuvo los primeros contactos con el dibujo y el grabado, pronto se desplazó a Madrid. En la capital, solía acudir al Museo del Prado para copiar obras de Velázquez y El Greco, que, junto con Goya, Ribera y Zurbarán, consideró sus referentes.

En 1890 se trasladó a París, donde se casó y entabló amistad con los pintores franceses más representativos de las vanguardias de la época: Toulouse-Lautrec, Degas, Jacques Émile Blanche, Gauguin. Y retrató a españoles de la talla de Valle-Inclán y Pérez de Ayala. Siendo ya un pintor de renombre, expuso en galerías de Estados Unidos, México, Chile, Argentina y otros países de América. No obstante, a lo largo de su vida siguió vinculado con Segovia, ciudad donde tuvo su estudio-taller hasta 1913; y a Zumaia desde 1914, cuando inauguró su casa de Santiago Etxea, hoy convertida en museo del artista.

 

María Moliner (1900-1981)

A María Juana Moliner Ruiz (1900-1981) la recordamos por su Diccionario de uso del español, una obra lexicográfica de referencia en la lengua española que le llevó más de quince años escribir y con la que pretendía suplir cuantas carencias encontró en el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española).

María Moliner nació en Paniza (Zaragoza), aunque se crio en Madrid. Era la mediana de tres hermanos que estudiaron en la Institución Libre de Enseñanza. Allí comenzó su interés por la lingüística y la gramática. Tuvo que regresar de nuevo a Zaragoza con su familia, pero pudo formarse y conseguir sus primeros trabajos como filóloga y lexicógrafa en el Estudio de Filología de Aragón. En 1921 se licenció en Historia por la Universidad de Zaragoza con las máximas calificaciones y Premio Extraordinario. Un año después, aprobó las oposiciones de archivera y bibliotecaria y, tras trabajar en el Archivo General de Simancas (Valladolid), se trasladó primero a Murcia y después a Valencia, de cuya biblioteca universitaria fue la directora.

Hacia 1952 comenzó a tomar en su casa anotaciones de vocablos con el fin de confeccionar ese nuevo Diccionario de uso del español, más completo, en el que cabían definiciones, sinónimos, familias de palabras, expresiones y frases hechas…, y que se ha convertido en una obra ‘de cabecera’ para los estudios filológicos. Dámaso Alonso, Rafael Lapesa y Pedro Laín Entralgo propusieron a Moliner para ocupar un sillón de académica en la RAE, pero finalmente salió elegido Emilio Alarcos Llorach. María Moliner se pronunció al respecto:

Sí, mi biografía es muy escueta en cuanto a que mi único mérito es mi diccionario. Es decir, yo no tengo ninguna obra que se pueda añadir a esa para hacer una larga lista que contribuya a acreditar mi entrada en la Academia (…). Mi obra es limpiamente el diccionario (…). Desde luego es una cosa indicada que un filósofo -por Emilio Alarcos- entre en la Academia y yo ya me echo fuera, pero si ese diccionario lo hubiera escrito un hombre, diría: «¡Pero y ese hombre, cómo no está en la Academia!».

 

Emilia Pardo Bazán (1851-1921)

Escritora y precursora de los derechos de la mujer, Emilia Pardo Bazán (1851-1921) está considerada la mejor novelista española del siglo XIX y una de las más destacadas del mundo de las letras de nuestra historia. Además de novelas y cuentos, escribió libros de viajes, teatro, poesía y numerosos artículos periodísticos. Introdujo el naturalismo literario en España con obras como Los pazos de Ulloa (1886). Durante su vida profesional, siempre estuvo en la primera línea social protagonizando muchas polémicas de la época por su defensa del feminismo, o su romance con Benito Pérez Galdós. Los principales académicos de la RAE le denegaron el acceso a la institución por su condición de mujer.

Sus novelas se conocen más allá de las fronteras de la península. Lectora insaciable desde los ocho años, a los nueve escribió sus primeros versos y, a los quince, compuso su primer cuento. En 1908, con 57 años, comienza a utilizar el título de Condesa de Pardo Bazán, que le otorga Alfonso XIII en reconocimiento a su excelente labor en el mundo literario; desde 1910 fue consejera de Instrucción Pública; socio de número de la Sociedad Matritense de Amigos del País desde 1912… Dos años después, se le impondría la Banda de la Orden de María Luisa, y recibiría del Papa Benedicto XV la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice… En 1916, el ministro de Instrucción Pública la nombra catedrática de Literatura Contemporánea de Lenguas Neolatinas en la Universidad Central.

 

Miguel de Unamuno (1864-1936)

Todos conocemos a Miguel de Unamuno (1864-1936) como uno de los máximos representantes de la Generación del 98, pero también fue uno de los mayores referentes de Gustavo y María de Maeztu.

Este bilbaíno fue una de las grandes personalidades de la literatura española del siglo XX. Poseía grandes saberes sobre la cultura tanto antigua como moderna, así como en filología, filosofía y, por supuesto, en literatura. Gracias a todo ello, cultivó inmensos géneros literarios como el ensayo, la novela, el teatro o la poesía.  En ellos podemos encontrar dramas de carácter amoroso, religioso, político… Una realidad de todo lo que giraba alrededor de él.

Muchos años de su vida estuvieron relacionados con la Universidad de  Salamanca, donde consiguió una cátedra de Griego. Asimismo, ingresará en el Partido Socialista, convirtiéndose en un importante activista en el seminario ‘La Lucha de Clases’ de esta ciudad castellana. Su presencia fue habitual en la terraza del café literario Novelty (junto al ayuntamiento).

En 1900, con 36 años, fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca, cargo que ostentaría hasta tres veces.

 

José Ortega y Gasset (1883-1955)

Una de las personalidades más destacadas del entorno de Gustavo de Maeztu es, sin duda, José Ortega y Gasset (1883-1955). Este madrileño fue uno de los filósofos, pensadores y ensayistas españoles más prestigiosos de la primera mitad del siglo XX.

Procedente de una familia burguesa acomodada y estrechamente vinculada a la política y el periodismo, recibió estudios superiores en las universidades de Deusto (Bilbao) y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central (Madrid).

Durante su vida, escribió obras del calibre de ‘Meditaciones del Quijote’ (1914), ‘Vieja y Nueva política’ (1914), ‘España invertebrada’ (1921), o ‘La deshumanización del arte e ideas sobre la novela’ (1925), entre otras.

Bien es sabido, además, que Ortega y Gasset y Ramiro de Maeztu se elogiaban y mantenían buena relación. Prueba de ello son las numerosas cartas que se escribían y cómo José mencionaba a Ramiro: “gran Ramiro” o “mi hermano Ramiro”.

En Madrid, se encuentra la Fundación Ortega y Gasset, una institución privada especializada en las Humanidades y las Ciencias Sociales. Una curiosidad es que esta actual fundación fue anteriormente la Residencia de Señoritas cofundada en 1915 por María de Maeztu, la cual dejó de funcionar con el fin de la Guerra Civil.

Os dejamos con una de las frases más célebres de José Ortega y Gasset: “Yo soy mi circunstancia y, si no la salvo a ella, no me salvo yo” (‘Meditaciones del Quijote’).

 

José Arrúe (1885-1977)

José Arrúe Valle fue una de las personalidades más cercanas al círculo de Gustavo de Maeztu. Fueron grandes amigos, y esa unión no se debía solo al ámbito pictórico en el que estaban impregnados, sino también a las perspectivas e ideologías sociopolíticas de la época.

Nacido en Bilbao, perteneció a una familia muy inmiscuida en el ámbito del arte y de la pintura. De los seis hermanos que integraban la familia Arrúe y Valle, cuatro fueron pintores. Entre todos ellos, además de José (1885-1977), hay que destacar al primogénito, Alberto (1874-1944).   

Al igual que sucedió con Maeztu, José Arrúe fue alumno de Lecuona y recorrió España, Francia e Italia con el fin de formarse y conocer la cultura y mentalidad de los países vecinos.

Junto con la viva destreza por la pintura, el cartel, la ilustración o el muralismo, se encuentra también la literaria e intelectual. En 1908, Arrúe fue cofundador junto con su hermano Alberto y Gustavo de Mazetu, principalmente, de la revista satírica El Coitao, una entrega semanal que tan sólo llegó a la octava publicación, donde a partir de la ironía y la burla hacían referencia a la atrasada y desventajada Bilbao. En definitiva, un signo de protesta para las clases más cultas. Más tarde, fue colaborador en los periódicos madrileños El Sol, Crisol o El Liberal.

José formó parte de la Asociación de Artistas Vascos (1911) y expuso, tanto de forma colectiva como individual, en salones y exposiciones dentro y fuera de España.

El estilo pictórico de Arrúe es indiscutible, caracterizado por la representación de las tradiciones y costumbres vascas, como son los juegos, los deportes, las danzas, las romerías, las sidrerías…

 

Benito Pérez Galdós (1843-1920)

Benito Pérez Galdós (1843-1920) es uno de los grandes iconos de la literatura española, más en concreto, de la novela realista del siglo XIX.
 
Además de escritor, también hay que mencionarlo como académico de la Real Academia Española desde 1897 y nominado al Premio Nobel en 1912.
 
Desde temprana edad comienza a colaborar en periódicos de la época y, mientras inicia sus estudios en Derecho, frecuenta las tertulias del Ateneo, donde conocerá a diferentes intelectuales de la época.
 
Su fama comenzará a ascender gracias a la publicación de los ‘Episodios Nacionales con Trafalgar’ (1873). Otras novelas indispensables en el estudio de este literato son también, entre otras, ‘Miau’ (1888), ‘Nazarín’ (1895) o ‘Zumalacárregui’ (1898). En su obra también hace mención a los personajes femeninos y la realidad de sus vidas, como en los casos de ‘Marianela’ (1878), ‘La desheredada’ (1881) o ‘Fortunata y Jacinta’ (1887). Asimismo, no hay que pasar por alto sus aportaciones en el mundo del teatro, cuya obra más representativa tiene por título ‘Realidad’ (1889).
 
En cuanto a su vida amorosa y sentimental, Galdós siempre permaneció soltero, aunque se saben algunos nombres de sus numerosos amoríos, como Emilia Pardo Bazán, Sofía Casanova o Carmen Cobeña. Se le conoce una hija natural, fruto de su relación con Lorena Cobián.

 

Carmen Baroja y Nessi (1883-1950)

Quizá el nombre de Carmen Baroja y Nessi no nos resulte muy familiar, pero si decimos que fue la hermana pequeña de los escritores Pío y Ricardo Baroja y madre de Julio Caro Baroja, ya empezamos a conocerla un poco mejor.

La ciudad natal de Carmen fue Pamplona, aunque pronto se trasladó a diferentes ciudades españolas para asentarse definitivamente en Madrid.

Junto con sus hermanos ha sido reconocida como una de las grandes personalidades del siglo XX. Gracias al apoyo de sus familiares más cercanos, pudo recibir la educación que en esa época se venía tachando a las mujeres, llegando a hablar a la perfección las lenguas francesa e inglesa, además de tener grandes conocimientos de música y un enorme intereses por la lectura.

Entre sus muchas publicaciones literarias, caben destacar algunas como Recuerdos de una mujer de la generación del 98 (aparecen importantes personalidades de la Generación del 98, de la cultura y el arte), El encaje en España o el poemario Tres Barojas.

En algunas de sus obras fueron partícipes sus hermanos e, incluso, personalidades de la talla de Valle-Inclán o Azorín.

 

Margarita Nelken (1894-1968)

Esta ilustre mujer fue una de las máximas representantes del movimiento feminista durante los años 30 del siglo XX. Además de ello, fue una persona inmiscuida en el mundo de la política y de la historia del arte.

Siempre defendió a los grupos sociales más desfavorables y tuvo un importante compromiso por la lucha de los derechos y la igualdad de la mujer. Una de sus obras más reconocidas es La condición social de la mujer en España. Su estado actual: su posible desarrollo (1919).

Colaboró en la organización de la Unión de Mujeres Antifascistas y formó parte del Partido Socialista, siendo el único nombre femenino de toda la República en ocupar un escaño, pero su mentalidad combativa e inconformista la llevaron a postularse en la línea más radical, en la del Partido Comunista.

Con la llegada del final de la Guerra Civil Española, se vio obligada a exiliarse a Francia y, más tarde, a México, donde, sin retirarse de la vida política, se centró especialmente en la escritura y en la crítica de arte.